Libros a la calle pretende acercar los libros a uno de los entornos cotidianos de los ciudadanos, el transporte público, de tal forma que, durante los trayectos, los viajeros se sientan atraídos por esos pequeños fragmentos literarios y éstos, a su vez, les acerquen hasta los libros de los que proceden.
La iniciativa, que parte de la Asociación de Editores de Madrid en colaboración con la Comunidad de Madrid, el Centro Español de Derechos Reprográficos (Cedro), el Consorcio Regional de Transportes de Madrid, Metro y Renfe Cercanías, se enmarca en el Plan de Fomento de la Lectura puesto en marcha por la Comunidad de Madrid en 2006, cuyo desarrollo ha contribuido decisivamente a que, en estos años, haya aumentado el porcentaje de lectores frecuentes en casi 9 puntos porcentuales (pasando de 49% a 58%).
Actualmente, Madrid es la región donde el consumo de títulos resulta más elevado, siendo el primer vivero de lectores de España: aquí se gastan más de 2 de cada 10 euros invertidos en España en compra de libros.
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