La crisis también afecta a la dieta mediterránea, menos seguida cuanto menos ingresos
Científicos de la Universidad Católica de Campobasso, en Italia, han realizado una investigación que ha concluido asegurando que las personas con menos ingresos económicos están abandonando la dieta mediterránea.
A pesar de estar considerada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, los autores han demostrado cómo la crisis está poniendo en peligro su seguimiento en todo el mundo. Para ello, los investigadores exploraron la relación entre los ingresos y los hábitos alimenticios de los participantes en el estudio y encontraron que las personas de bajos ingresos presentaban una adherencia más baja a la dieta mediterránea que quien ganaba más.
De hecho, las personas con más ingresos tenían una probabilidad del 72% de estar en el máximo punto de seguimiento de esta dieta. Al contrario ocurría cuando los ingresos bajaban, entonces la dieta era menos saludable, con más comida basura o preparada, a menudo más barata que los alimentos frescos, tradicionales en la dieta mediterránea.
Esto también se relaciona con que en economías más bajas se observara una mayor prevalencia de la obesidad, un 36%, frente al 20% de quienes tenían una economía más saneada.
Los autores del estudio aseguran haber tenido en cuenta factores que pueden sesgar los efectos observados, como el nivel de educación, que sí puede influir en el consumo de alimentos. Sin embargo, se vio como en condiciones educativas similares la adherencia a la dieta mediterránea era mayor en función de los ingresos.
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