Un 2 de febrero más, el municipio celebrará una de sus tradiciones más arraigadas: “La Vaquilla”, con la que se rememora la tarea ganadera del traslado de reses. Declarada de Interés Turístico Nacional, es un espectáculo caracterizado por su peculiar colorido y los chasquidos de las hondas por las calles de la localidad. Una fiesta en la que los vecinos son protagonistas como destaca Remedios Hernán, concejala de Festejos.
Los orígenes de esta celebración se remontan a la antigüedad, cuando los jóvenes disfrazados con pieles de animales y cuernos corrían detrás de las mujeres simbolizando la reanimación de la fertilidad tras el invierno. En los días previos las madres de los mozos se reúnen para vestir la vaquilla: un armazón de madera con varios palos forrados de los que se cuelgan pañuelos y en cuya delantera se colocan dos cuernos embolados con naranjas y rosquillas. Todo adornado con mantones de Manila, seda, flores de papel, broches, pendientes y colgantes. Finalmente, el 2 de febrero, los vaquilleros exhiben su animal y después simulan su muerte con tres tiros de escopeta al aire y se bebe su sangre en forma de limonada popular.
Asimismo, con motivo de esta festividad el Ayuntamiento vuelve a convocar el Concurso de Fotografía en que pueden participar todas las personas que lo deseen. Los premios van de los 600 a los 300 euros y las imágenes se mostrarán en una exposición del Centro Pablo Ruiz Picasso. Trabajos que podrán presentarse hasta el 22 de febrero.
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