En Madagascar 3 de cada 10 menores son explotados laboralmente y las niñas también suman el riesgo de la explotación sexual, por no hablar de los que tienen algún tipo de discapacidad que terminan siendo marginados por la sociedad. Convencidos de que la educación es la mejor herramienta para lugar contra la explotación, Agua de Coco coordina dos escuelas. Una en Los Zafiros y otra en Las Salinas, para las que solicita colaboración, como explica Pepa Muñoz, responsable de sensibilización y voluntariado.
El papel de los socios es imprescindible para poder conseguir material escolar, pagar al profesorado, administrar los colegios o financiar el transporte de los alumnos que viven a kilómetros de distancia. Un gesto que cambiará la vida de los menores, ya que cambiarán las herramientas y duras condiciones laborales por lapiceros y libros.
Asimismo, la coral Malagasy Gospel de la Fundación Agua de Coco es un canto a la vida y una oportunidad. Ya que facilita la integración de niñas y discapacitados a través de la música. Además de formación, cada año programa una gira de conciertos por España para recaudar fondos para esta causa.
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