Para acceder a las viviendas, los ladrones trepaban por los muros exteriores y una vez en el interior forzaban una puerta o ventana. A continuación robaban objetos de valor relacionados con la tecnología que luego vendían en el mercado negro, como explica Mercedes Martín, portavoz de la Guardia Civil.
Tras varias pesquisas, los agentes lograron averiguar que los desplazamientos los realizaban en un vehículo de color oscuro y finalmente identificar a los integrantes. Un grupo asentado en Galapagar con edades comprendidas entre los 17 y 24 años, cuyo líder se encargaba de recoger información y seleccionar los puntos donde se perpetrarían los robos, así como de encontrar el lugar donde esconder el botín.
A los detenidos se les imputa la comisión de al menos diez robos con fuerza, perpetrados principalmente en las Rozas y Majadahonda, pero también robos cometidos en Torrelodones y Hoyo de Manzanares. Jóvenes que ya han pasado a disposición judicial, no descartándose nuevas actuaciones e imputaciones de hechos delictivos en los que pudieran estar implicados.
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