Corría el año 2006 cuando un alcalde de un pequeño municipio del sur de Madrid me confesó su miedo a que los Ayuntamientos se pudieran convertir en uno de los principales problemas económicos de nuestra sociedad por lo que el regidor denominó entonces una “huida hacia adelante”. La asunción de nuevas competencias obligaba a los Ayuntamientos, según su análisis, a desarrollar nuevos sectores que, a su vez, necesitaban nuevas inversiones y equipamientos, en un círculo vicioso que solo quedó interrumpido con el estallido de la burbuja inmobiliaria...Leer más.
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