Según los expertos, en los 10 meses que lleva la ley en vigor, apenas ha aflorado una cantidad mínima de empleo sumergido. De hecho, el Gobierno podría estar estudiando incluso modificar la llamada Ley de Regularización del Servicio Doméstico. Los sindicatos calculan que en España hay 700.000 trabajadores en este sector, principalmente mujeres. Sin embargo, a finales de 2011 había inscritas 294.916 empleadas de hogar, mientras que actualmente el nuevo régimen suma 384.877 afiliadas. Traducción: apenas se han generado 90.000 altas en la Seguridad Social.
De ser ciertos los datos de los sindicatos, en estos momentos la mitad de las empleadas del hogar estaría trabajando ‘en negro’ o bien muchas familias habrían prescindido del personal de servicio. Los expertos consideran que la ley ha provocado algunos despidos, pero la mayoría de la gente habría optado por seguir en la misma situación. Es decir, fuera de la ley. La gran pregunta es porqué no funciona la nueva norma. Por una parte, los empleadores tienen reticencia a formalizar un contrato, muchas veces complejo y a pagar ellos la Seguridad Social. El cambio de mentalidad es complejo. De hecho, con la nueva ley poca gente reconoce que tiene asistenta y la mayoría asegura que está en desacuerdo con la norma.
Por otro lado, las empleadas no quieren cobrar menos si el coste de su alta repercute en su sueldo y, en muchas ocasiones, se prefiere no declarar lo cobrado.
Lo que está claro es que la nueva situación no ha generado ni una mejora de las condiciones laborales de los trabajadores, ni tampoco un afloramiento de la economía sumergida.
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