Se trata de un experimento regional que busca marcar las primeras coordenadas de localizaciones del ejemplar macho, una observación aérea para controlar una especie amenazada y completar la información existente. Así, la Comunidad de Madrid ha colocado un GPS con el fin de seguir las investigaciones iniciadas en 2010 y destaca el patrimonio del Valle Alto del Lozoya, donde reinan aves en riesgo y donde han llegado águilas imperiales, águilas reales o culebras austriacas. Los dos buitres estudiados se llaman Peña y Aldara.
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