El uso de productos químicos para acabar con los ratones que destrozan los cultivos puede resultar nocivo para el producto que se cosecha y para la salud. Sin embargo, las lechuzas son inofensivas, se comen a los roedores y acaban de raíz con un problema que cada año provoca pérdidas de millones de euros entre los agricultores.
La iniciativa se está llevando a cabo en una finca de Colmenar de Oreja, donde se cultivan 150 variedades de cepas de vides.
Una caja de 200 crías de lechuza cuesta 14 euros. Un plaguicida cerca de 6.000. Si la iniciativa funciona, puede que estemos ante la solución a un problema que trae de cabeza a los agricultores.
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