La redacción del nuevo reglamento provocará, a juicio de la Unión de Uniones, la desaparición de un mínimo del 50 por ciento de los productores ecológicos nacionales, eliminando de un plumazo un sector en franca expansión y con grandes posibilidades en comercialización y exportación, favoreciendo únicamente, dicen, algunos productos del norte de Europa y sobre todo a las grandes multinacionales de la alimentación.
A esto se suma, dicen, que a partir del próximo año, con el nuevo sistema de asignación de las ayudas directas, los agricultores y ganaderos ecológicos verán disminuidos sus ingresos con respecto a la ayuda directa del periodo anterior. Si hasta ahora las ayudas directas y las medidas agroambientales a la agricultura ecológica del Programa de Desarrollo Rural eran independientes unos de otros, esto cambia. Las ayudas directas también comportarán llevar a cabo nuevas medidas ambientales por valor de un 35,5 por ciento y que en el caso de los productores ecológicos se dan por hechas. Paradójicamente, ahora esta parte de ayuda verde se restará de la prima ecológica, ya que se considera incompatible. El resultado es un descenso en las ayudas.
De esta forma, que quiere expresar el temor de que el Reglamento Comunitario coloca a los agricultores ecológicos al borde de la desaparición.
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