El último ataque denunciado se produjo en Garganta de Lozoya donde el ganadero perdió 5 ovejas y 2 corderos. Es sólo un ejemplo de la voracidad de lobos y perros asilvestrados, una realidad habitual en la sierra norte que se ha agravado con el incremento en la frecuencia de los ataques.
Para los ganaderos es claro que el lobo se encuentra cada vez más asentado en la Comunidad de Madrid, su experiencia y testimonios se suman al informe de técnicos de Medio Ambiente que lo certificaron.
La Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid advierten de las importantes pérdidas económicas que no están siendo compensadas por Medio Ammbiente, cuyas ayudas para paliar los daños producidos por ataques de lobos se queda muy por debajo del coste real.
UGAMA recuerda que por la muerte de un ternero la administración regional abona 150 euros de ayuda cuando al ganadero le supone la pérdida de más de 1.000 euros. Los ganaderos han solicitado una reunión urgente con el Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para abordar esta situación.
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