Todos los efectivos del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid cuentan con formación específica en el manejo de enjambres de abejas. Además, disponen del material necesario para tratar a estos insectos como son las piqueras o cazaenjambre, que son unas cajas compartimentadas para los panales, cepillos, guantes o trajes de apicultor. Durante su intervención, lo fundamental es evitar el peligro para las personas, por lo que, dependiendo del lugar y del número de ciudadanos próximos, se acordona la zona o se dan instrucciones a los afectados donde haya aparecido el enjambre para que tomen medidas de seguridad.
Las abejas están consideradas como “ganado semoviente” productivo, es decir, que producen un beneficio económico. Por lo tanto, están protegidas y no se las puede matar por lo que la intervención de los bomberos consiste, básicamente, en recoger el centro del enjambre, que es donde se encuentra la abeja reina y meterlo en la “piquera”. El resto de los insectos entra voluntariamente en él, y se instalan en los panales del interior. Cuando todas las abejas están en el interior de la caja, se cierra y se entrega a apicultores que se hacen cargo del enjambre.
En el protocolo de actuación de los bomberos de la Comunidad de Madrid se describen no solo los casos habituales de enjambres ubicados dentro y fuera de un edificio. También contempla la posibilidad de que un camión o vehículo que transporte panales sufra un accidente y los insectos queden sueltos por la zona. Esta situación no es extraña ya que, a lo largo del verano, los apicultores trasladan sus colmenas de unos parajes a otros en función del tipo de vegetación y de la climatología.
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