Los encierros infantiles son casi tan famosos como los de las 8 de la mañana, pero con sus matices. Cada día puntualmente, a las 11,30 horas, arrancan desde cualquiera de los nueve tramos del encierro tradicional. Los pequeños esperan a las reses “de mentira” empujadas por los pastores que corren “de verdad” rápidamente y con casta, eso sí, con mucho cuidado de no pillar a nadie. Aunque de eso ya se encargan los pequeños que salen volando por la manga. Un subidón de adrenalina que emociona a los participantes.
Para emoción la de los padres y madres, que son los primeros en animar a sus hijos a participar, ya que incluso algunos también son corredores en los encierros adultos. Una forma de iniciarles en esta tradición y hacer “cantera”.
Hasta el domingo aún hay tiempo de disfrutar de esta cita tan lúdica como taurina, típica de Sanse “La Grande”.
Comentarios