AICA asegura que en este tiempo sólo un tercio de los bares y discotecas del centro de la ciudad continúa funcionando con sus antiguos propietarios. Señalan que, en su momento, se propuso al ayuntamiento alternativas para evitar problemas de ruido sin perjudicar a las empresas pero no fueron tenidas en cuenta. Consideran que la normativa ha perjudicado a los negocios, que adelantaron su cierre y vieron considerablemente mermados sus ingresos.
Desde la asociación de empresarios de Alcobendas señalan que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid asegura que no hay relación de causalidad entre la actividad de estos locales y el ruido generado que impide el descanso vecinal. De los 16 bares que tuvieron que acatar la normativa, 5 cerraron, 5 traspasaron sus negocios y sólo 6 siguen abiertos. Por tanto, AICA considera que la norma ha provocado un perjuicio irreparable a estos locales y un empobrecimiento del tejido empresarial de la zona que ha contribuido a la destrucción de empleo y de la oferta de ocio de la ciudad.
Además, desde AICA aseguran que los bares que siguen abiertos han sufrido una caída del consumo de casi el 80 por ciento.
Comentarios