Se trata de los juzgados de Valdemoro, Navalcarnero, Torrelaguna, Colmenar Viejo, Aranjuez, Majadahonda, Pozuelo y San Lorenzo del Escorial. En todos estos partidos judiciales existen juzgados de violencia sobre la mujer; el problema es que no son exclusivos, sino que compaginan esa actividad con la habitual de primera instancia e instrucción.
Desde el sindicato CSI-F su presidente en el área de Justicia en Madrid, Juan José Carral, ha denunciado que la falta de personal en estos juzgados (muchos tienen los mismos o menos funcionarios que los que son sólo de primera instancia) está provocando situaciones de estrés laboral, problemas de salud en los trabajadores y, sobre todo, un “tapón” judicial que puede impedir que casos sensibles de violencia de género no se tramiten con la celeridad requerida.
Carral señala que la solución no pasa tanto por crear juzgados específicos, como tienen el resto de partidos judiciales como Leganés, Alcobendas o Móstoles, sino cubrir de inmediato las bajas y aumentar la plantilla en los casos en los que la saturación es más grave.
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