El 19 de septiembre de 1973, tras el reciente golpe de estado del general Augusto Pinochet que acabó con la vida del hasta entonces presidente de Chile, Salvador Allende, Pablo Neruda fue trasladado en ambulancia desde su casa de Isla Negra hasta la Clínica Santa María de Santiago gracias a la mediación del embajador de México en Chile. El poeta había sufrido varios allanamientos en su hogar, su salud se había agravado por un cáncer de próstata y estaba previsto su traslado en avión a México DF junto a su mujer Matilde Urrutia el día 24. Pero no llegó a salir del país, porque falleció el día anterior.
Según las versiones oficiales Neruda murió como consecuencia del cáncer. Sin embargo; para su mujer, el chófer de la familia y el juez que investiga la muerte del poeta, Mario Cardoza, el Premio Nobel de Literatura no falleció por causas naturales. Algo de descubrió el periodista, Mario Amorós, en una biblioteca y que le invitó a seguir investigando como ha explicado en SER Madrid Norte.
Pinochet conocía que Neruda partía al exilio el 24 de septiembre de 1973 incluso le había dado la autorización a través de la concesión del pasaporte. Sin embargo, esto suponía un riesgo importante para la dictadura militar chilena porque el poeta sin duda denunciaría los atropellos a los derechos humanos que él mismo padeció. Algo paradójico que Amorós ha desarrollado en su último libro y que le ha llevado a apoyar la causa de la exhumación de los restos de Neruda para conocer toda la verdad entorno a muerte.
Comentarios