El pacto debe contar con la ratificación de los gobiernos europeos y de la Eurocámara en marzo del próximo año. Una vez aprobado tendrá un plazo de dos años para que las nuevas reglas se incorporen a las legislaciones nacionales.
El acuerdo obligará a los fabricantes a que sus teléfonos móviles sean compatibles con un cargador de batería universal. Esta medida se enmarca en un conjunto de normas que pretenden armonizar normas para los equipos radioeléctricos, como los mandos para abrir las puertas de los coches o los módems. Se busca, asimismo, que unos aparatos no interfieran con otros y que todos cumplan los estándares básicos en materia de salud y seguridad.
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