Se trata de un estudio sobre las variedades autóctonas y tradicionales de tomate y melón en la región con el que la Comunidad de Madrid quiere mejorar la calidad y la producción de estos alimentos. Titulado “Viabilidad del empleo de productos de la Comunidad de Madrid en propuestas de alta cocina y restauración”, tiene una parte dedicada al tomate, mediante la cual se pretende recuperar la diversidad genética de nuestras plantas para su uso en una gastronomía más cercana, sostenible y saludable, apoyándose en las características de sabor, aroma y textura de estas variedades tradicionales.
Además de evaluar los aspectos nutricionales y sensoriales de los tomates, se realizan también los ensayos de cultivo con el fin de valorar las posibilidades de una producción suficiente y rentable que permita introducir estas variedades para su producción por el sector horticultor madrileño. Se han analizado un total de 41 variedades autóctonas y tradicionales representativas de toda región, entre las que destacan los tomates de Torrelaguna, Torremocha del Jarama, La Cabrera, Rascafría, Robledillo de la Jara, Patones y Buitrago de Lozoya.
Dentro del mismo proyecto existe, además, un ensayo de melón en el que se analizan sus caracteres de calidad, nutricional y sensorial. Para ello se estudian 17 variedades tradicionales de Madrid procedentes del Banco de Germoplasma del IMIDRA en comparación con otras variedades comerciales. Estas variedades madrileñas ponen de manifiesto tanto sus características de calidad y nutrición, como su comportamiento en campo y su aceptación por el consumidor, además de determinar sus relaciones genéticas con otras variedades de melón españolas. Los resultados de los ensayos de calidad en el laboratorio indican que tienen buenos caracteres sensoriales y nutricionales.
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