El incendio se originó en el margen derecho del río Jarama en una zona de pastos de Belvis de Jarama, muy cercana al aeropuerto. El suceso obligó a movilizar a dos helicópteros de los bomberos. Para garantizar la seguridad durante las labores de extinción y permitir el aterrizaje de los aparatos se destinó una de las cuatro pistas a esos medios. De esta forma, el tráfico habitual de aviones quedó retrasado. Sin embargo, un par de horas después, la normalidad quedó restablecida.
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