Hace unos 70.000 años, los neandertales habitaban el territorio que hoy conocemos como Pinilla del Valle, localidad del norte de Madrid ubicada en el valle alto del Lozoya. También campaban a sus anchas los rinocerontes, las hienas y los leones propios de aquella época. Más tarde, los antiguos oficios como el del molinero que se desplazaba por las calles con su burro y hacía sonar un cencerro como señal de recolecta del grano. Tiempos pasados que forman parte de la Ruta de los Oficios y del legado de la Cueva del Calvero de la Higuera. Ahora, el Ayuntamiento de Pinilla del Valle ha organizado este fin de semana la cuarta edición del Mercado Medieval, una feria que recomienda Natalia Pérez, la gerente del Patronato Madrileño de Áreas de Montaña.
De viernes a domingo, Pinilla del Valle, la población de menos de 200 habitantes que se duplica durante el verano, también sumara nuevos visitantes para esta feria de oficios y tradiciones que aunará los pasacalles, un mercado medieval, funciones y un presente aroma al pasado inolvidable de la Región.
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