El pasado mes de octubre moría en Puerto Príncipe, Haití, uno de los dictadores más terribles de la historia reciente, Jean-Claude Duvalier, alias “Baby Doc”. Pero su política no habría sido posible sin el legado de terror de su padre, el médico François Duvalier, quien se hizo llamar “Papa Doc” y reivindicó una vuelta a las raíces africanas de su pueblo y concretamente a los cultos animistas del vudú, llegando incluso a realizar un viaje iniciático al continente africano en busca de su identidad.
Utilizando las supersticiones ligadas a esta religión, mantuvo aterrorizado a su pueblo, al que controlaba con mano de hierro la policía particular del régimen, los “Tonton Macoute”, así llamados en alusión a la leyenda del hombre del saco, unos hombres implacables e inmisericordes, violentos y sádicos, que sembraron el país de cadáveres y campaban a sus anchas con sombreros de cowboy y armas de fuego.
Papa Doc era una suerte de iluminado que atribuía sin titubeos una fuerza sobrenatural al vudú, que practicaba en los sótanos del Palacio Presidencial, una especie de catacumbas donde él mismo o sus hombres más cercanos torturaban hasta la muerte a sus opositores políticos. Llegó incluso a profanar los cadáveres de algunos de éstos y a realizar extraños rituales con el fin de descubrir a quienes creía iban a volverse contra él y a derrocarle, complots en los que llegó a estar involucrada la misma CIA estadounidense.
Su hijo no heredó de él su pasión por el vudú y su condena abierta al catolicismo pero sí su temeridad y su afán de venganza. Era, además, un amante del lujo y de los coches de carreras. Tras su régimen de terror vendrían los años de exilio, aunque nunca pagó por sus crímenes, muriendo entre algodones en su país natal.
Hoy, que tan de moda están los “muertos vivientes” con series como The Walking Dead o películas como Guerra Mundial Z, Haití se ha convertido en lugar de referencia para los amantes de los “zombies”, ya que precisamente en el país antillano es donde cobra más fuerza la historia de los cadáveres que se levantan de sus tumbas, muy presente en su rico folclore animista. ¿Existen realmente los zombies en Haití? ¿En que consiste el proceso para convertir a alguien en un muerto viviente?
Este viernes les contamos este tema, que se aborda en profundidad en el último número de la revista Enigmas, que ya está en los kioscos y nos lo cuenta su redactor jefe, Óscar Herradón.
Comentarios