La pasada semana hablábamos en nuestra sección de misterio de la supuesta maldición que perseguía a James Dean y a algunos de sus compañeros de reparto en Al Este del Edén, pero lo cierto es que maldiciones y cine van de la mano ya desde la era del cine mudo, décadas antes de que brillara el astro de aquel “Rebelde con causa”. Es el caso del director alemán Friedrich W. Murnau, autor de una de las cintas más emblemáticas de terror de todos los tiempos, Nosferatu. En pleno verano, en el mes de julio, su tumba en el cementerio berlinés de Stahnsdorf, fue profanada y su cabeza utilizada para un macabro ritual al parecer de corte satánico.
Lo que no era sino una grotesca forma de sacrilegio y de mancillar los restos de un difunto, más que una suerte de conspiración vampírica, hizo que volviera a recordarse en numerosos medios de comunicación la supuesta maldición que rodeó a su película más emblemática ya desde la fecha de su estreno en 1922. Hoy, ésta continúa rodeada de una pátina de malditismo que la hace aún más atractiva para los espectadores del siglo XXI, hartos ya de las piruetas técnicas de los vertiginosos avances digitales, pero, más allá de relatos de ecos trágicos sazonados por la imaginación, lo cierto es que la influencia del ocultismo en Nosferatu tiene una base sólida y muy real, que rodeaba ya a la propia productora de la cinta, Prana Films.
La suerte que corrió Murnau dio también mucho que hablar, y es que moría, como James Dean, en un accidente de coche. Su equipo de rodaje también sufrió extraños incidentes. Logias ocultistas, esoterismo, brujería… todo esto y mucho más rodea a aquel icono del cine mudo y del llamado expresionismo alemán, cuyo título más emblemático es El Gabinete del Doctor Caligari.
También existen numerosos claroscuros sobre el actor que dio vida al vampiro, el actor de teatro berlinés Max Schreck, en torno al que surgió una fuerte leyenda negra que afirmaba que era realmente un “chupasangres”. Aquella atrevida hipótesis fue la base para el argumento de una película estrenada en el año 2000, La Sombra del Vampiro, protagonizada por Willen Dafoe y John Malkovich. Hoy, hablamos de este sanguinolento episodio del séptimo arte con el redactor jefe de la revista Enigmas, Óscar Herradón.
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