Al norte de Westfalia, en Alemania, Heinrich Himmler, líder implacable de las SS y la Gestapo nazis, encontró el lugar que sería centro neurálgico de su ejército de hombres “arios” y bastión místico de la Orden Negra: el castillo de Wewelsburg, conocido como “el Vaticano de las SS”.
El que sería uno de los hombres más fuertes del Tercer Reich, y uno de los principales responsables de los campos de concentración y del Holocausto, sinónimo del terror por antonomasia, estaba obsesionado con el ocultismo y el pasado mítico. Sus creencias místicas llegaban al punto de creer que era la mismísima reencarnación del emperador medieval Enrique I el pajarero e hizo de su consejero en asuntos esotéricos a Karl Maria Wiligut, el conocido como “Rasputín nazi”. Este controvertido personaje, una suerte de iluminado, decía descender de una estirpe de hombres arios y poseer poderes sobrenaturales, siendo, además, quien diseñaría los emblemas de las SS y daría forma a los rituales secretos que se llevaban a cabo en la cripta de la torre norte de Wewelsburg.
En la fortaleza renacentista cuya forma triangular le hacía evocar a Himmler la Lanza del Destino, los generales de más alta graduación de las SS, en una suerte de Camelot alemán, se reunían en torno a una gigantesca mesa en una sala decorada con una esvástica de doce rayos conocida como “Sol Negro”. Himmler, además, enviaría expediciones a diferentes rincones del planeta en busca de los orígenes míticos de la raza aria, tema cuya importancia llevaba hasta el paroxismo.
Hoy, Wewelsburg todavía permanece en pie, reconvertido en museo que recuerda la trayectoria de sangre del ejército pagano del Tercer Reich, para que nadie olvide que la Historia, en demasiadas ocasiones, se ha escrito con la sangre de personas inocentes.
¿Qué sucedía realmente en aquella fortaleza? ¿Quedan testigos vivos de los rituales secretos de la Orden? ¿Qué pasó con Wewelsburg en los últimos momentos de la guerra? Esta semana abordamos este tema en nuestra sección de misterio, un episodio desconocido de la historia que Óscar Herradón recoge en profundidad en el libro Los Magos de la Guerra. Ocultismo y espionaje en el Tercer Reich, editado por Libros Cúpula.
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