La violencia de género aumenta considerablemente el riesgo de infección debido al miedo a las consecuencias de oponerse a una relación sexual no deseada, al temor al rechazo si intenta negociar relaciones sexuales más seguras, y a la manipulación emocional a la que se pueden ver sometidas.
Es en las agresiones sexuales es donde se puede identificar un mayor riesgo de infecciones, porque implica algunas prácticas sexuales de mayor riesgo, tanto a la exposición del VIH como a otras Infecciones de Transmisión Sexual, de las que la mujer no puede protegerse. En este sentido, CESIDA insiste en que la principal estrategia para prevenir la infección por VIH y otras ITS es la promoción de la salud sexual y la educación sexual en la escuela como afirma una de sus vocales, Montse Pineda.
Además, CESIDA lamenta la escasa implicación de las Administraciones Públicas en programas de promoción de la salud sexual y prevención del VIH ya que en la actualidad se han desarticulado programas de formación específicos. Asimismo, también exige al gobierno que implemente los contenidos de la Ley de Salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo para que el derecho a la salud sexual sea real y efectivo.
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