Uno se imagina a los pingüinos como unos animales tranquilos y nada dados a los aspavientos; no es el caso de este ejemplar que, no sabemos muy bien porqué, se ha vuelto loco de alegría y lo quiere gritar a los cuatro vientos. También les recomendamos que se fijen en la actitud de sus congéneres, que le observan como preguntándose: “¿Pero a éste qué le pasa?”.
(Fuente: Youtube.com)
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