Algo oscuro se le mueve a uno en el alma cuando escucha lo último de Muse. Este “Dead Inside” es algo de “Drones”, su último disco, donde elevan un poco el habitual tono oscuro de su producción, a veces recordando a Marilyn Manson, pero son su característica potencia en guitarras, baterías y bajos. Lo que viene siendo una banda de rock. Ahora que sacan disco, remontémonos a la década de los 90, cuando acaban de salir del cascarón.
Con un sonido grunge, con tintes góticos y con líneas melódicas muy definidas, Muse se presentaba en 1999 con la canción “Muscle Museum”, del disco “Showbiz”. No tuvieron una excesiva repercusión, pero ya habían metido la cabeza. Dos años después, en 2001, publicaron su segundo trabajo donde aumentaron sus ventas y, sobre todo, se dieron a conocer en el exterior con el single “Plug in baby”, que por ejemplo presentaron en España.
“Origin of symmetry” se llamaba este disco, con el que lograron el éxito en multitud de países y empezaban a hacerse un nombre. Había algo menos de desolación en su música, aunque seguían tocando temas del grunge más oscuro. La potencia y la experimentación con sonidos electrónicos empezaron a aparecer en este álbum y en el siguiente, “Absolution”.
"Time Is Running Out" fue uno de sus singles más potentes de este año 2003, con el que siguieron cosechando éxitos. Fue el primer momento en el que crítica, público y ventas se ponían de acuerdo para encumbrar al grupo. Decidieron explotar este momento hasta 2006, cuando sacaron nuevo disco, “Black Holes & Revelations”, con más electrónica si cabe, dejando un poco de lado ese grunge furioso de antaño. De hecho la primera canción, "Supermassive Black Hole", decepcionó un poco a sus fans.
Es verdad que el disco, que cosechaba sus mayores éxitos hasta la fecha, tenía bastante variedad. De esa electrónica guitarrera pasábamos a un tema un poco más tranquilo con protagonismo de piano en “Starlight” o a un tema metalero-western, si es que eso existe, como es “Knights of Cydonia”.
Desde entonces Muse no ha bajado de la tercera posición en las listas de discos. Aprovechó que ya eran una banda de nivel planetario en 2009, continuando con los tres años de separación entre discos de rigor, cuando publicaron “The Resistance”. Volvían a cobrar importancia las guitarras y las baterías y un cuidado trabajo vocal, aunque los efectos especiales daban un toque muy especial a su sonido, como en “Uprising”.
Y cuando parecía que su sonido estaba más o menos establecido, los Muse volvieron a cambiar el paso para sorprender, y enfadar, a buena parte de la parroquia. “The 2nd Law”, de 2012, era prácticamente irreconocible, con temas funky, menos electrónica y temas lentos y con guitarras casi desaparecidas como en “Madness”.
A pesar de las críticas y de cierta decepción dentro del grupo por el resultado final, el disco no funcionó mal. Quizá para mantener esa línea han emprendido ahora una potente campaña publicitaria sobre su trabajo actual, “Drones”. Aunque siempre se agradece escuchar su música, aunque sea con su trabajo más oscuro. Nos vamos con “Psycho”, un tema inquietante que recupera eso sí las guitarras más distorsionadas de la banda.
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