Todo había sido un error informático. Los números habían sido vendidos por Terminal, por máquina, por lo que casi ninguna de las administraciones sabía exactamente quién había sido el agraciado. Después de una hora recibiendo felicitaciones de clientes, familiares y conocidos, e intentado contactar con el supuesto portador de El Gordo, las administraciones han recibido la mayor decepción del día: no habían vendido el 76.058.
Ha sido el caso de Esmeralda Sánchez, del despacho de lotería del centro de venta al por mayor Makro, en Leganés. Después de intentar contactar con conocidos que pudieran haber comprado el número, Esmeralda ha llamado a la sede central de Loterías para comprobar si realmente habían vendido el número. La tardía respuesta ha acabado con la ilusión de los primeros minutos. Esmeralda ha criticado que nadie le haya informado del error antes de que ella tuviera que confirmarlo, y ha asegurado que “después de la ilusión” es “penoso” que todo haya sido un error ajeno.
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