Escalar en un ambiente natural y hacerlo en un rocódromo son dos sensaciones muy distintas. Pero ambas plantan cara al vértigo.
Hacer cumbre por nuestros propios méritos es una sensación de triunfo que merece la pena experimentar. Pero antes de lanzarnos a la montaña donde la improvisación y la experimentación juegan un papel fundamental, se recomienda formarse un poco y visitar un rocódromo.
Nosotros nos acercamos al del polideportivo municipal Franciso Javier Castillejo de Parla, donde entrena el Club Alpino “Bajo Cero”.
Aquí nos darán algunos consejos que son el abc de la escalada: para empezar dar algunas clases básicas, aprenderse bien los nudos de sujeción de los mosquetones, llevar los equipos homologados en lo que se refiere a arneses, casco y botas y, sobre todo, nunca ir a escalar en soledad bajo ningún concepto si vamos a la montaña.
El resto es pericia.
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