El objetivo que se persigue es la protección de la salud y los derechos de los consumidores. La ordenanza divide a los establecimientos en dos grupos: los que sirven exclusivamente bebidas y los que también sirven comidas. El régimen sancionador cataloga las infracciones en varias graduaciones de gravedad según criterios relacionados con el riesgo que se derive para la salud, la intencionalidad y reiteración de las infracciones.
Entre otras disposiciones, la ordenanza reglamenta la existencia de zonas diferenciadas para cocinas, almacenes y cuartos de basuras, la disposiciones de máquinas de limpieza, así como la exigencia de realizar operaciones de desinsectación y desratización.
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