Tener tres discos de platino y cuatro de oro no es ninguna tontería. Pastora Soler es una de las pocas que lo puede decir, más allá de que algunos, los más jóvenes, no la conozcan más allá de por representarnos en Eurovisión en 2012 con esta canción, “Quédate conmigo”, por salir en concursos musicales de televisión o por su reciente retirada por “miedo escénico”.
Eso ha sido lo último de Pastora Soler, pero es un error olvidar que la sevillana, de Coria, fue uno de esos talentos precoces, diamantes brillantes que a los ocho años grababa un pequeño cassette distribuido en Andalucía como Pilar Sánchez, su nombre real. Con 16 años grabó su primer disco oficial, bajo el nombre de Pastora Soler. Era 1994 y el disco se llamaba “Nuestras coplas”, versionando clásicos españoles como “Romance de la reina Mercedes”.
Dos años después publicaba “El mundo que soñé”, donde la voz de Pastora seguía siendo pura pero también clásica, aun con toques pop. Le sirvió para pasar de 30.000 a 80.000 copias vendidas y que su nombre empezase a ser conocido. Pero nada que ver con lo que ocurrió en 1999, donde llegó a las 300.000 copias y el número 1 de la lista de discos española con “Fuente de Luna”. Su sencillo, “Dámelo ya”, llegó a liderar las listas de éxitos en Turquía.
Una vez asimilado el éxito, Pastora tenía el reto de seguir en lo más alto. Y “Corazón congelado”, tanto el disco como el tema, era perfecto para alcanzar cotas similares. Era 2001 y ejemplo del lugar que ocupaba Pastora fue la elección del tema como banda sonora de la Vuelta a España.
Al año siguiente Pastora intentó seguir la inercia de este éxito con el álbum “Deseo”, con sonidos más electrónicos y discotequeros, aliada con el productor y DJ Carlos Jean, con quien ya colaboró en su trabajo anterior. “Herida” fue uno de los temas que copó las salas de baile.
Pastora decidió en 2005 cambiar de discográfica, algo siempre arriesgado, que en su caso le salió bien para parir el disco que llevaba su nombre, síntoma de que empezábamos a encontrar el lado más personal de la artista. Un camino que empezó a trazar con éxito en temas como “Sólo tú”.
En 2007, con “Toda mi verdad”, Pastora seguía proclamando a los cuatro vientos que eso que escuchábamos era realmente lo que quería Pastora que escuchásemos. Aunque no repitió un éxito tan rotundo, había temas tan bien ponderados como “Quién”. Dos años después, en “Bendita Locura”, se repetía una fórmula similar, quizá menos intensa en lo temático, pero con buenas canciones como la que da nombre al disco.
El noveno trabajo de estudio de Pastora llegó en 2011, “Una mujer como yo”, que devolvió a la cantante a los puestos altos de las listas de éxitos. Con una línea musical más o menos continuista, un ejemplo fue el tema “Demasiado amor”.
El décimo y último, de momento, álbum de la artista lo conocíamos en 2013, “Conóceme”, con un cuidado en los detalles y una intimidad en la voz que subía un nivel, y con el que probablemente ha alcanzado su mejor faceta. Lástima que sea el último, aunque, repetimos, esperemos que sólo sea “de momento”, y podamos seguir gozando de temas como “Te despertaré”, con una de las grandes voces de España.
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