La Sierra Norte de la Comunidad de Madrid es uno de los lugares más peligrosos para los conductores y, en la actualidad, hay instalados varios prismas reflectores antiatropellos en la M-604 en Rascafría, dos en la M-102 de Patones, dos en la M-139 en Montejo de la Sierra, tres en la M-130 de Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra, dos en la M-133 de El Atazar y en la M-141 de Horcajuelo. Son ejemplos de la necesidad de seguridad en la región, que ya dispone de 2.000 elementos luminosos en más de 27 kilómetros de la red de carreteras en torno a estas reservas naturales.
La iniciativa, que pretende proteger a los animales, busca garantizar una conducción sin este tipo de imprevistos. Asimismo, las autoridades señalan la importancia de medidas complementarias como limitar la velocidad, llevar las luces encendidas en todo momento o construir pasos canadienses. La finalidad: evitar siniestros en las vías de la Comunidad.
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