Cuando en la película “Up” hablaban de los sueños hechos realidad de un entrañable e incauto jubilado, un servidor recordó la historia de Pablo Rubio, que a sus casi 88 años ha conseguido levantar un Museo del Ferrocarril en Las Matas, localidad del noroeste de Madrid a 26 kilómetros de la capital. Y ahora, la antigua iglesia de 1920, desacralizada y cedida por Adif, está rehabilitada y alberga diferentes objetos que han legado personas anónimas, instituciones como RENFE y el Ayuntamiento de Las Rozas o marcas como Mercedes Benz y La Caixa, además de los compañeros de AFEMAT, la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Las Matas que preside el propio Pablo Rubio. Todo empezó con la exhibición de una locomotora de tren Mikado, la idea creció y se desbordó.
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