Para entender la importancia de este yacimiento primero hay que conocer cómo era esta zona del sur de Madrid hace nueve millones de años. En el lugar que hoy es Cerro de Batallones había varias cuevas subterráneas, a las que los animales podían acceder desde la superficie para beber pero luego les costaba salir. Eso convertía este accidente natural en una trampa.
En 1991, de manera casual, se descubrió la primera de estas cuevas, ahora se conocen diez, y desde entonces el volumen de hallazgos ha sido espectacular en restos de herbívoros pero sobre todo de carnívoros, con un nombre propio: el de los tigres dientes de sable, especie de la que se han hallado decenas de esqueletos.
Ahora en esta primera parte de la temporada de excavación, correspondiente a los yacimientos conocidos como Batallones 3,5 y 10, también hay novedades con el hallazgo de varias tortugas gigantes y también los de un lagarto de casi dos metros de largo. Esa es la fauna que vivía en Madrid hace nueve millones de años: tigres, jirafas, rinocerontes, osos, caballos, mastodontes…y es que aunque el yacimiento sigue ofreciendo muchos fósiles, otro de los objetivos es hacerse a la idea de cómo era Madrid durante el Mioceno.
En esta campaña, que concluirá a finales de mes, colaboran 35 personas: hay estudiantes de diferentes universidades madrileñas (Complutense, Autónoma y de Alcalá de Henares), pero también de las universidades de Liverpool o París.
Ahora el gran objetivo es conseguir que la CAM y el ayuntamiento de Torrejón de Velasco aúnen esfuerzos para crear un centro de interpretación que proteja y difunda lo que se ha encontrado en esta pequeña colina del sur de Madrid que ya es Bien de Interés Cultural.
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