Uno siempre ha oído hablar de capitales muy importantes cuando se trata de libertades, propuestas atrevidas o progresos sociales. Nueva York, París, Barcelona o Londres siempre han estado un paso por delante en diferentes materias. Y ahora, seguro que para muchos ciudadanos el municipio de Paracuellos de Jarama en la zona norte de Madrid se sitúa en la vanguardia gracias a un asunto espinoso como es el consumo de drogas. Marihuana, hierba, porros, costo, chocolate, petas… El universo del cannabis sigue estando estigmatizado y eso es lo que quieren evitar Pedro Álvaro Zamora, Rubén García y Carlos Yerbes, presidente, secretario general y tesoreros, respectivamente, de la asociación “Private Cannabis Club”, un lugar que se ha estrenado en noviembre y que permite fumar marihuana sin cometer ninguna ilegalidad, ya que la ley ampara el consumo en privado. Alicia Méndez es la responsable de comunicación.
El “Private Cannabis Club”, situado en el restaurante El Jarama de la calle Guillermo Mesa de Paracuellos, tiene ya un centenar de socios. Entre los requisitos para poder consumir en el recinto, los interesados deben estar inscritos en la asociación, ser mayores de edad o fumar un máximo de 50 gramos a la semana. El precio inicial es de diez euros y diez más cada mes, si bien el primer año hay que abonar los 130 euros correspondientes de golpe. Y, a partir de ahí, este peculiar espacio de 300 metros cuadrados abre las puertas y ofrece su propia marihuana por seis euros el gramo, una hierba que consideran lúdica y terapéutica.
Los responsables de la asociación, que tiene un horario de lunes a sábados de doce del mediodía a doce de la noche, quieren aclarar que no son un “coffee-shop” como los de Ámsterdam, que no piden la legalización del consumo sino del autoconsumo y que esperan poder cultivar sus propias plantas para no recurrir al mercado ilegal. Se trata de luchar por lo que consideran un derecho necesario: la regularización del autoconsumo. Se denominan “cannábicos”, aglutinan principalmente a jóvenes de entre 25 y 40 años, y apuestan por la responsabilidad. No son delincuentes, afirman. De hecho el “Private Cannabis Club” no busca convertirse en un fumadero al uso, de complicado futuro por la ley antitabaco en ciernes, sino en una excusa para jugar y organizar actividades diferentes como cursos, talleres o conferencias.
Y es que los artífices del “Private Cannabis Club” creen que todos unidos pueden cambiar los prejuicios sin molestar a nadie. Pero es más fácil prohibir que educar. Mientras tanto, la web de la asociación, privatecannabisclub.com, sigue echando humo y expandiendo un fenómeno que en España sólo existe en el País Vasco, Cataluña y, por ahora, en Paracuellos de Jarama. El debate está servido.
Comentarios
aran dice:
hola! me gustaria saber que tubieron que acer para abrir un cannabisclub me interesa mucho esa idea ya que en el pueblo en el que resido la mayoria fumamos..si me mandan una respuesta se lo agradeceria
lunes, 16 de mayo de 2011 a las 12:40