Se trata de una iniciativa dirigida a chavales de 12 a 17 años con el fin de ayudarles a conocer y a respetar su entorno, para que se sientan parte de la ciudad, a través de actividades lúdicas y creativas. Una forma de facilitar su adaptación a las costumbres locales, desde el respeto a sí mismos y al entorno en el que viven, para que se sientan parte de la ciudad y no se encuentren desplazados como explica la concejala de Mujer, Inmigración y Cooperación al Desarrollo, Olimpia Zelaya.
La edil destaca que este taller de inteligencia emocional nace desde las dificultades de adaptación que han encontrado en estos chavales, que han llegado de entornos muy distintos a vivir con unos padres a los que, en muchas ocasiones, apenas conocen y surgen conflictos. Una forma de fomentar la integración de todos los vecinos para que nadie se sienta extranjero y no existan problemas de convivencia.
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