El ex director de Correos cobraba a las empresas el importe correcto de los diferentes servicios pero después emitía otra factura y reducía las cifras evitando el sistema interno de la sucursal. Las diferencias eran pequeñas pero desde enero de 2009 cuando supuestamente empezó a realizar estas prácticas hasta marzo de 2011, cuando fue descubierto, consiguió 251.540 euros, según el cálculo del Tribunal de Cuentas.
Un procedimiento de auditoria y control, que Correos desarrolla de forma rutinaria en todas las oficinas postales, descubrió esta doble facturación. Correos abrió expediente disciplinario y se le retiro inmediatamente del servicio. Según fuentes conocedoras del caso, el director de la sucursal para poder eludir cualquier tipo de responsabilidad, solicitó la prejubilación. Ahora se enfrenta a un supuesto delito de apropiación indebida. La propia sociedad estatal le reclama el reintegro total del dinero.
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