Luis. Peruano. 43 años. Llevaba en paro desde 2008 y el banco le reclamaba 180.000 euros por su piso de Parla, en el sur de Madrid. El desahucio estaba programado para el 25 de mayo. Pero la negociación de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca consiguió aplazarlo hasta el 20 de septiembre. El cielo empezaba a despejarse. Una esperanza. Pero esa fecha nunca llegó porque Luis falleció al no superar las complicaciones de su enfermedad de hígado. Y ahora, ¿qué pasa?
Lamentablemente Luis no puede seguir luchando para que le condonen la deuda. Pero la deuda permanece. Regina Acosta es su hermana y su avalista, y teme que ahora el banco vaya a por ella. Pero no sabe nada de la entidad, ni han llamado para la subasta del piso, aunque cree que como avalista, algo tendrá que ver. Y el miedo, la incertidumbre, unidos al dolor por la muerte de su hermano, no se separan de ella.
En la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y la Asamblea 15-M de Parla apoyaron y aconsejaron a Luis hasta el final. Marcela Jordán, una de sus participantes, está convencida que la terrible presión y la “estafa” bancaria fueron las culpables de la enfermedad de Luis, que intentó cambiar la realidad con más alcohol del que su hígado consiguió aguantar.
Muchos creen que como el caso de Luis y el de su hermana Regina hay más de los que se conocen. Manuel San Pastor, abogado de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, critica que la ley hipotecaria permita cargar la responsabilidad sobre el avalista de una persona fallecida cuando, además, el piso ya ha sido entregado al banco y está vacío.
Otro de los abogados de la Plataforma, Rafa Mayoral, explica las opciones que tendrían los herederos para no asumir la deuda: saldarla con parte de la herencia o, si ese saldo es negativo, rechazar directamente toda la herencia. Pero el caso del avalista es más complicado, porque no hereda, sino que debe responder por cualquier problema que pueda surgir en el pago, incluso la muerte.
El caso de Luis en Parla es sólo un ejemplo. Su hermana Regina dice que seguirá luchando si finalmente el banco le pide responsabilidades. Los expertos de la Plataforma creen que, si hay una relación directa entre la enfermedad de Luis y la presión del banco, quizá logren que Regina no abone la deuda. Pero aunque su hermano haya fallecido, recuerda que gracias a la lucha social lo hizo en su casa.
Ahora lo que queda es, otra vez, la incertidumbre de una familia impotente ante los bancos.
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