Durante el verano y otros periodos de alta radiación solar hay que ser muy cautelosos con la exposición solar para evitar sus efectos perjudiciales como el envejecimiento prematuro, quemaduras, insolación, manchas solares, lesiones cancerosas o cataratas. Por lo que resulta imprescindible el uso de cremas fotoprotectoras con filtro de, al menos, 15. Asimismo, la crema fotoprotectora debe filtrar tanto los rayos UVA como los UVB, de lo que hay que asegurarse cuando se adquiere el producto. Las personas de piel clara o cabello rubio deberán utilizar un factor mayor, no inferior a 20, incluso en días nublados. Además, no es nada aconsejable tumbarse al sol y mantenerse inmóvil durante mucho tiempo, aún utilizando cremas o aunque lo hagamos en el agua.
Los expertos insisten en que hay que evitar la exposición solar entre las 11 y las 16 horas, manteniéndose en espacios interiores o en la sombra. Es importante también el uso de una indumentaria adecuada. Durante el día recomiendan ropa de algodón que no se ajuste al cuerpo y cubra los hombros en colores claros. Para proteger los ojos hay que utilizar gafas que absorban la radiación ultravioleta; en los labios, barras fotoprotectoras y, para la cabeza, un sombrero de ala ancha o una gorra con visera.
Aunque hay diversos tipos de cáncer de piel, el melanoma es el más relevante. Su pronóstico, cuando su tratamiento se aborda en los primeros estadíos, oscila entre el 75% y el 100% de supervivencia.
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