El hombre trabajaba hasta 2009 como jefe de pescadería de la citada cadena de supermercados. El juzgado de lo Penal número 18 de Madrid lo condenaba en noviembre de ese año por acoso sexual. Aunque solo le denunciaron tres mujeres, durante pocos meses se produjeron 20 abandonos de sus puestos de distintas trabajadores. Según la sentencia, el trabador aprovechaba el escaso espacio de trabajo para tocar a sus compañeras, a las que profería frases soeces. Además, fue condenado a indemnizar a sus víctimas con un total de 27.000 euros. Esa cifra, sin embargo, tuvo que ser aportada por la empresa como responsable civil ya que el condenado, que fue despedido por la cadena de supermercados, se declaró insolvente.
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