Nos autoconvencemos de que no somos supersticiosos y que es un día como otro cualquiera. Sin embargo, cuando nos damos cuenta de que es martes y 13, nos sugestiona una extraña sensación de mala fortuna… o buena, porque hay quién opina que este día trae incluso buena suerte.
Gatos negros que se cruzan, tijeras abiertas, escaleras que conviene evitar pasar por debajo o sal derramada son supercherías a las que cada vez hacemos menos caso, salvo cuando en el calendario aparece esta fecha maldita. ¿Somos un poco más supersticiosos un martes y 13?
Comentarios