El contrato establecía 430 kilos de material pirotécnico pero el hombre apenas tenía 258 para ser usados. Por el precio contratado pensaba utilizar algo más de la mitad de fuegos artificiales, pero la Guardia Civil comprobó el peso real antes de que el espectáculo tuviera lugar. Una estafa que puede suponer al implicado un buen disgusto. El dueño de la empresa está imputado por un delito de estafa y otro falsedad documental.
El ayuntamiento de Tres Cantos se ha personado como víctima de los hechos en la causa.
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