La puesta en marcha del almacén temporal centralizado para residuos nucleares de Villar de Cañas supondrá que las ocho centrales nucleares de nuestro país manden de forma regular sus residuos recorriendo más de 200 municipios españoles. Greenpeace calcula que circularían por carreteras todo el país 6.700 toneladas de residuos radiactivos durante sesenta años – el tiempo estimado de vida útil del almacén-, lo que supondría 40 transportes al año, 3 cada mes.
Para Greenpeace España supone un grave riesgo en caso de accidente para los vecinos de estos municipios y por ello está informando a los ayuntamientos afectados y recavando apoyos para frenar el proyecto del gobierno estatal. La responsable de la Campaña Antinuclear de la ONG, Raquel Montón ha afirmado que por el alto número de transportes, las posibilidades de accidente son elevadas, acercándose si se produjera, al desastre nuclear de Chernóbil.
La propuesta de Greenpeace es que cada central nuclear tenga su propio almacén temporal individualizado, evitando así el riesgo del transporte. Aunque la apuesta de la organización es el cierre de todas las centrales nucleares para dejar de producir unos residuos contaminantes “para los que no tenemos ninguna solución a largo plazo”.
Según la denuncia de Greenpeace, los residuos de Almaraz pasarán por los términos municipales de Fuenlabrada, Móstoles o Pinto mientras que los de Garoña pasarán por Buitrago de Lozoya, La Cabrera, El Molar o Paracuellos del Jarama.
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