Los festeros de verdad disfrutan de principio a fin de las fiestas del Cristo de los Remedios, desde que arrancan con el pregón en el balcón del Ayuntamiento hasta que acaban el último día en la Plaza de la Constitución. Un mismo escenario que es testigo de la actuación de uno de sus protagonistas: Pedro María Rivera, quien volverá a entonar el clásico “¡Qué pena me da!, se acaban las fiestas de San Sebastián…” mientras la gente se quita sus pañuelos rojos del cuello hasta el año que próximo. Un momento único e irrepetible, que sigue emocionando a Pedromari.
Y es que este vecino de Sanse vive con intensidad su ciudad y, especialmente en fiestas, cuando también protagoniza el encendido del chupinazo que marca la salida de cada encierro. Cuando también todos los ojos están pendientes de sus manos, en un movimiento ritual, que siempre reza para que todo salga bien y no se lamenten heridos de gravedad. Unas manos que esta noche pulsarán los acordes del último latido de estas fiestas.
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