Salimos a la calle para tantear el espíritu de huelga entre los ciudadanos. La General está convocada para el 29 de marzo y a pesar del espíritu de los sindicatos que aspiran a paralizar el país para protestar contra la Reforma Laboral la responsabilidad de que ésta triunfe o no recae en los trabajadores.
¿Pero de qué trabajadores hablamos? El empleado (el “currito” vamos a llamarle) está quemado. Lo suficiente como para secundar la huelga sin dudarlo, pero también para que confíe poco en sus resultados. Amén de que muchos no pueden permitirse perder el salario de una jornada laboral. Por no hablar de quienes se sienten amenazados si ejercen su derecho a ponerse en huelga.
La Reforma Laboral asusta. Y tanto que asusta. Pero hay otro tipo de trabajadores que también están llamados a la Huelga General. Son los autónomos, y en este sector no es tan fácil cruzarse de brazos. Para empezar intentan no demonizar a la ligera esa Reforma, aunque también se muestran comprensivos con sus trabajadores. La mayoría asegura respetar el derecho de sus empleados (y el suyo propio) de secundar la huelga, pero piden respeto si, por lo que sea, ven sus negocios abiertos el 29 de marzo. Por aquí pocos aspiran a enriquecerse. Tan sólo ha ganarse las lentejas.
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