El Alzheimer es una enfermedad degenerativa, progresiva y, de momento, incurable, aunque no hereditaria. Pero lo que sí se ha constatado científicamente es la posibilidad de frenarla gracias a la prevención. Las claves pasan por ejercitar la memoria, leer, hacer ejercicio o realizar actividades manuales, aunque no menos importante es llevar una dieta baja en grasas y rica en agua y vitaminas, como ha destacado en SER Madrid Norte Carmen Figueroa, responsable médico de la residencia Adavir.
Esta enfermedad destruye gradualmente la memoria para expresarse y comunicarse, así como para poder hacer actividades cotidianas. Al principio afecta al lenguaje y al olvido de datos, lo que suponen una dificultad a la hora de mantener una conversación. Síntomas que empeoran con el tiempo, cuando los pacientes se pierden, olvidan donde colocaron las cosas, etc. hasta abandonarse en sus cuidados personales. Por ello, desde el principio es muy importante acudir a un profesional para un correcto diagnóstico y aplicar el tratamiento que frene el avance de esta demencia.
Comentarios