Un 14 de agosto de 1936 eran detenidas ocho personas, vecinos de la Serna del Monte y de Pradena del Rincón. Semanas antes eran denunciados de forma injusta los cuatro hermanos Gutiérrez, jornaleros que parece tuvieron algún problema en la negociación económica por la recogida de la cosecha en una finca cuyos dueños eran cercanos a las fuerzas de Franco.
Jesús Gutiérrez, sobrino de los cuatro jornaleros, ha estado años investigando el paradero de sus familias y el final de su historia, recogiendo los testimonios de vecinos de la Serna del Monte, Jesús nos cuenta que uno de los soldados no quiso matar a su tío de sólo 18 años.
Es parte del testimonio de una niña, aún viva y presente en el fusilamiento, que contó a Jesús además que el último en morir se enfrentó de forma desesperada a los propios soldados.
Han pasado más de 70 años y ahora la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica podrá descubrir como fueron las últimas horas de estos ocho fusilados en la sierra norte madrileña. Santiago Macias.
Macías afirma que el momento de la entrega de los cadáveres a las familias es el fin último de su entidad, reparar su dignidad y ofrecer la oportunidad a los familiares de decidir que hacer con sus restos hasta ahora perdidos pero no olvidados.
Desde la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica se insiste en que este proceso se ha iniciado para preservar los derechos humanos y no para abrir viejos debates políticos.
Esta fosa de la Serna del Monte será la primera que se abra en la Comunidad de Madrid, la asociación espera que no sea la última en nuestra región, mientras que familiares como Jesús Gutiérrez simplemente espera poder cerrar antiguas heridas.
Es un reportaje de David Guerrero.
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