En concreto, la estación registró entre las 14.00 y las 15.00 horas del sábado una media de 181 microgramos de este gas nocivo para la salud en concentraciones altas. El ozono troposférico es un contaminante secundario que se forma a partir de los contaminantes emitidos principalmente por los automóviles, los aviones y las industrias, bajo una atmósfera soleada de primavera o verano en días sin viento.
Los efectos que el ozono, en concentraciones elevadas, puede tener para la salud van desde la disminución de la capacidad respiratoria hasta la pérdida de vitalidad, pasando por alteraciones del sistema inmunológico y por problemas cardiacos. Las personas alérgicas, asmáticas y con problemas respiratorios, así como los niños, las personas mayores y, en general, todo aquel que desarrolle una actividad física al aire libre, son especialmente sensibles a este gas nocivo.
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