En el tren, en el autobús o simplemente andando por la calle es muy común cruzarnos con jóvenes, y no tan jóvenes, con sus auriculares escuchando música. Lo que no es tan usual es que sean conscientes del daño que para sus oídos puede suponer el volumen excesivamente alto. Un estudio de la Universidad de Leicester en el Reino Unido ha comprobado por primera vez que puede provocar heridas en el nervio auditivo, concretamente sordera, por el deterioro de la membrana conocida como mielina. Para algunos sigue siendo leyenda urbana, y se muestran despreocupados.
Sin embargo los autores del estudio llegan a comparar el volumen alto de los auriculares con estar cerca del motor de un avión. Un reproductor MP3 puede llegar hasta los 90 decibelios, peligrosamente cerca del umbral de 110 establecido por los científicos como volumen nocivo para el nervio auditivo. Como señala el médico de Atención Primaria Alberto López influye mucho el tiempo de utilización de los auriculares y la tipología de los mismos.
Según la universidad de Leicester esa sordera causada por la destrucción de la mielina puede ser reversible en unos tres meses, el tiempo que tarda en regenerarse la capa que recubre el nervio auditivo. Si no nos queda más remedio que escuchar música alta por nuestro trabajo, como en el caso de los músicos, deberíamos protegernos con pequeños audífonos que regulan la cantidad de decibelios que recibimos, como describe el experto en prótesis auditivas Antonio López.
Puede que esté escuchando este reportaje a través de unos auriculares a un volumen totalmente recomendable. Sin embargo, si normalmente el usuario del Metro que lleva al lado comienza a mover la cabeza al ritmo de la canción que usted escucha en su reproductor, quizá debería revisar ese volumen.
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