La Concejala de Sanidad, Belén Colmenarejo, ha hecho hincapié en que tener un perro implica no sólo cuidarlo y atenderlo sino también respetar las normas de convivencia y no molestar a los demás vecinos. Una serie de responsabilidades que pasan por mantener limpias las zonas comunes y que cumplen la mayoría de propietarios, aunque aún queda una minoría que permite que su mascota defeque en lugares inadecuados, como aceras, puertas de colegios o áreas de juego infantiles y luego no lo recoge. Una infracción grave que conlleva sanciones de 751 a 1.500 euros.
La Concejalía de Sanidad recuerda que la Ordenanza Municipal Reguladora de la tenencia, control y protección de animales domésticos señala que los responsables de recoger los excrementos de los perros son sus dueños, porque de nada sirve que el Ayuntamiento destine el dinero de todos a la limpieza viaria y a la creación de pipicanes si no se cuenta con la colaboración y el civismo ciudadano.
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