El mayor deseo de todos los padres es educar a sus hijos e hijas de tal manera que crezcan felices y se conviertan en adultos felices. Lo que ocurre es que no siempre sabemos cómo les influye lo que hacemos o decimos.
Hay quienes no niegan nada a sus hijos, pensando que así serán más felices, sin darse cuenta de la importancia que tienen las normas y los límites. Les ayudan a comprender lo que se espera de ellos y a convivir con los demás. En el mundo real no siempre van a conseguir lo que quieren y si no aprenden a manejar las pequeñas frustraciones, no sabrán manejar las dificultades que la vida les traiga...Leer más.
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